I El miedo se me rompe en las manos, y sus astillas se introducen en mi carne con un frío familiar. No obstante, el alcohol ya me ha insensibilizado los dedos a estas alturas irrespirables de la noche. II El momento me acuchilla y hundo su filo dentro de mí; y lo giro y hurgo en mis heridas haciéndome llorar. Las lagrimas se acumulan en mis ojeras y son el pantano de mis energías: Limpias, insuficientes y saladas. Mis mejillas se purifican; en ese hielo conservo mis esperanzas cicatrizadas, a la espera de ser; de ser nuevamente. III Vuelvo a las calles con la sangre fresca de los inocentes, que murieron con el estómago vacío, con la garganta seca, con la tortura en las carnes. IV " Me pones las esposas pero las acciones me ponen " Me saco el cuchillo para clavarlo. La adrenalina los hundirá; estamos vivos; no dejemos que se olviden.