XI

Hoy ya estoy forjado, y afilado, y manchado, y mellado.
Tomé la forma de una espada;
hiero y duelo y salvo:
Fui para hacerlo.

Estoy hecho para falcata
y entiendo de negocios;
te cambio tu sangre por mi libertad.
Eres el asqueroso
con aliento a cebolla
y vine a respirar tus glóbulos.

Mi odio sabe bien
como el aceite de oliva
y el pan,
como el pisco y tu saliva.

Clavado en la Bastilla, en Stalingrado y en Trebia;
amado por tus entrañas conscientes:
Soy la punta y el filo
que viven por tu muerte
y matan por mi vida.

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